Publicado originalmente en La realidad alterna
TAMBIÉN: MEDITERRÁNEO (OCASO), publicado en Salto al reverso.
Viajé largamente
antes de llegar a ti.
Las nubes despejaron
en el camino pesado,
en el amanecer humillado.
Y el mediodía llegó en fuego,
delicado, pero intenso.
Sentí que el sol se acercaba al cenit,
sentí que la luna superaba el nadir,
y se observaban.
Y sonreí.
Sobre la arena templada,
sonreí.
Y me acerqué a ti,
intrigada.
—Oh, sensación extranjera,
magia experimentada
de descubrir despacio
y embelesada—.
Traslúcido y risueño,
agitado, luego sereno,
vivaz.
Poderoso y disperso.
Tu pequeña violencia
quedó, en el ocaso,
detrás.
Miré.
Y renuncié a la tierra
con solo ver.
«No van arrancarme».
«No voy a volver».
Entré.
¿Existen
aguas más transparentes,
destellos más brillantes,
un cascabeleo de voces
más dulce en algún oleaje?
Floté.
Invoqué la dicha
de reposar al vaivén.
Claro en la cercanía.
Al horizonte, cobalto.
pasando por todo turquesa,
todo azul, todo morado.
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